El médico Aldo González Brito, que forma parte del comité científico del Plan de Emergencias Volcánicas (PEVOLCA) activado en La Palma, ha emitido un voto particular en las reuniones de este órgano, en el que muestra su disconformidad con que Puerto Naos siga evacuado, pues en gran parte «las evidencias científicas y monitorización de gases muestren que no hay riesgos para la salud», y propone el retorno controlado a las viviendas, manteniendo las restricciones solo a plantas bajas y sótanos y la zona de Playa Chica.
El contenido de este voto particular lo acaba de publicar el Cabildo de La Palma en su web dedicada al riesgo volcánico, después de que EL VALLE dedicara una información a que el informe del comité científico del PEVOLCA correspondiente a la última reunión lo había publicado la administración insular sin el documento anexo en el que se expresa esta discrepancia de González Brito, quien había pedido que se hiciera constar en el informe de esa sesión. Este lunes 28 de noviembre apareció publicado el voto particular pero el pdf no se podía abrir y este martes ya aparece descargable en la siguiente web: https://riesgovolcanico-lapalma.hub.arcgis.com/
Este profesor de Fisiología de la Facultad de Ciencias de la Salud en la Universidad de La Laguna (ULL) -institución que lo nombró para que lo represente en el comité del PEVOLCA- cree que, salvo en las zonas referidas, la población puede retornar de forma paulatina, para lo cual cree preciso, afirma, reponer el suministro de agua y ventilar las viviendas.
Para poner en marcha este protocolo, este científico -que el Cabildo inicialmente sumó al comité asesor del Plan Insular de Emergencias, PEINPAL, pero luego ya no lo invitó más- se ofrece a colaborar en el control de este retorno, que empezaría con una experiencia piloto con 10 viviendas y, de ser viable, extenderlo al resto por encima de las plantas de todo Puerto Naos, salvo plantas bajas y Playa Chica, lugares que requerirían «un abordaje diferente y más paciencia».
Por lo que respecta a La Bombilla, el experto considera que «los nieles de emisión de gases son más elevados que en la mayoría de Puerto Naos, la mayoría de viviendas son de una sola planta y sin saneamientos más allá de pozos negros, y de momento el suministro de agua llevaría un tiempo reponerlo».
LA MEJOR PRUEBA DE SALUD: LOS TRABAJADORES DE LAS DESALADORAS, EL EMBARCADERO Y LAS PLATANERAS
Este médico aduce como «evidencia científica» de que «no existe riesgo para la salud» por deambular en ambientes exteriores de Puerto Naos la propia experiencia de los trabajadores de las desaladoras, de la obra de construcción del embarcadero de la Bombilla, y los de las fincas de plátanos en Las Hoyas. «La evidencia acumulada demuestra que ninguno ha tenido episodio alguno de problema de salud debido a la exposición a CO2 del aire exterior, y algunos llevan más de un año expuestos», enfatiza.
En su argumentación, este fisiólogo cuestiona diversos aspectos de la metodología y los criterios del comité científico, hasta el punto de que llega a una asombrosa conclusión: «La monitorización existente parece diseñada para impedir que los propietarios de las viviendas puedan demostrar que en sus casas de Puerto Naos corran el mismo riesgo para la salud que al que están expuestos en las viviendas donde actualmente viven».
TABLA DE NIVELES «QUE NO AVALA NINGÚN ORGANISMO INTERNACIONAL»
González Brito cuestiona la propia tabla de niveles de CO2 en el aire exterior que ha elaborado la Dirección General de Salud Publica del Gobierno canario y que, a su juicio, «no están avalados por ningún organismo de salud internacional». En este sentido, repara en que la «incongruencia» de que mientras se considera «regular» un aire con 501-700 partes de CO2 por millón (ppm) de aire si se respira durante más de 24 horas, en el mismo informe de Salud Pública se hace constar que en 7 países se da por aceptable hasta 1.000 ppm.
También propone eliminar el rango de entre 701 a 5.000 ppm que se establece como «desfavorable» en interiores si se está hasta 8 horas seguidas, cuando en la legislación de muchos países, advierte, se habla de que no existen problemas de salud con niveles de hasta 5.000 ppm. de CO2, criterio que, opina, debe valer tanto para dentro como fuera de las edificaciones.
Además, sostiene que para valorar el riesgo potencia de exposición a este gas de cada persona, es preciso saber el tiempo que pasa dentro de su casa, el tiempo que está en la calle en la zona de exclusión y el tiempo que pasa fuera de esta área.
En su informe, González Brito observa que son «muy significativos» los datos de INVOLCAN, captado con un sensor especial a 140 cm del suelo en un vehículo eléctrico que se desplazas a la velocidad de una persona andando (entre 3 y 5 o 6 km hora): los valores promedio registrados se encuentran entre 500 y 1000 ppm de CO2 en el entorno de Puerto Naos, de lo que se concluye que «deambular por esas zonas no debería ser un riesgo para la salud».
IMPEDIR UN DERECHO CONSTITUCIONAL SIN MEDIR EL C02 EN VIVIENDAS CON AGUA Y VENTILADAS
Asimismo, expone su «duda razonable» de que se pueda impedir el derecho constitucional de acceder a tu propia vivienda si en estas no se han medido los niveles de CO2, «un derecho que teóricamente solo podría ser revocado por una orden judicial».
En esta línea, este médico llama la atención de que las concentraciones de CO2 en interiores solo se han medido en garajes y plantas bajas, pero «no se han aportado datos de primeras plantas hacia arriba «. Sin embargo, señala, «se ha impedido el acceso a los vecinos a la zona sin tener mediciones de niveles interiores de CO2 de sus viviendas en las mismas condiciones en que ellos viven en las casas en que se encuentran desplazados, fuera de las zonas de exclusión: es decir, casas habitadas, ventiladas y con suministro y uso de agua en sus viviendas».
EL PROTOCOLO PARA COMPROBAR LA HABITABILIDAD
Según su criterio, existe una «evidencia irrefutable» de que en las viviendas de Puerto Naos (salvo primeras plantas y sótanos) no existen riesgos para la salud, algo de «fácil comprobación» siguiendo un protocolo que, según detalla este médico, consiste en reponer el agua y que se haga correr por los desagües, facilitar el acceso con sensores homologados (el modelo Dioxcare DX700 que usa el Cabildo) y ventilar las viviendas. Si tras varios días los niveles de CO2 se mantienen en las viviendas por debajo de 1.000 ppm de promedio, «se debería permitir» vivir en ellas, y mantener la monitorización de este gas para evitar riesgos.
UNA VIVIENDA EN BAJAMAR (TENERIFE), CON IGUAL CO2 QUE EN PUERTO NAOS
Como prueba propia, González Brito aporta una comparativa del CO2 medido en una vivienda de Bajamar (Tenerife) durante 24 horas, en un lugar sin emisiones difusas de este gas y ventilado y con agua corriente, y cuyos resultados fueron que los niveles de noche estuvieron por encima de 700 ppm, con un máximo de 901, y durante algunas horas el aire fue «desfavorable» pero por el efecto de la propia respiración humana.
«Creo que es una evidencia que demuestra que es altamente previsible que ni en el interior de una casa ventilada y con agua en Puerto Naos (excluyendo plantas bajas), ni el nivel promedio medido en ambientes exteriores a 1,40 cm de altura con el vehículo eléctrico, se corra mayor riesgo que en mi propia casa ubicada en Tenerife», concluye el médico.