El director de Cáritas en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Juan Rognoni, advierte en una parte de la sociedad palmera «decepción» con las Administraciones públicas porque «las cosas no se solucionan» tras más de 16 meses de apagado el volcán que causó la catástrofe en el Valle de Aridane. Esta ONG ha atendido hasta ahora a casi 3.300 personas, de las que 700 son menores, y aún sigue recibiendo a familias afectadas que piden ayuda, según ha explicado Rognoni entrevistado en el foro La Palma Opina.
El directivo de Cáritas Diocesana de Tenerife sostiene que, aunque «se han hecho bastantes cosas» y su intención no es «buscar culpables», percibe en la población afectada una «sensación» de que «todo» lo anunciaron en un primer momento los políticos, de la cantidad de recursos del Estado que vendrían para la reconstrucción, «pasa el tiempo y no se hace», porque «todo el mundo tiene su terreno perdido en la lava, su vida interrumpida, e incluso algunas personas no han visto ninguna ayuda por no tener su casa registrada o un seguro, pero están ahí y hay que seguirlas atendiendo».
«El gran problema ahora es la vivienda»
Asegura Rognoni que «el gran problema ahora para los afectados es la vivienda y la posibilidad de tener un sitio donde reconstruir su vida», por lo que enfatizó que » no podemos estar mucho tiempo en soluciones provisionales» sino avanzar hacia las definitivas.
Los damnificados que se quedaron sin vivienda residen ahora en casas de madera y contenedores prefabricados y en viviendas alquiladas en el mercado libre, con una subvención al alquiler que abona el Gobierno canario con mucho retraso. El plazo previsto por el Ejecutivo regional para que reciban una vivienda definitiva de protección oficial es de tres años.
Desde su punto de vista, las Administraciones públicas se han involucrado para responder a necesidades de atención en esta catástrofe, que afecta a miles de personas, pero observa que «las cosas se han ido parando», han surgido «discrepancias» y se han retirado recursos de emergencia, con lo que «una Administración le pasa la pelota a otra», que no tiene tantos medios.
En este sentido, apunta que la ONG siguen participando en la ayuda a la población damnificada, pero deja claro que «las responsabilidades, en lo que afecta a la organización social, son de las Administraciones, que gestionan los recursos públicos, para atender a los ciudadanos».
La constante necesidad de ayuda psicológica
Avisa de que sigue habiendo una necesidad importante de prestar ayuda psicológica a las personas damnificadas, labor que está realizando Cáritas con la colaboración de la Orden de los Camilos, especialistas en gestión de duelo y catástrofes.
«Acompañar a los afectados en estos procesos está siendo complicado, porque estas personas necesitan ser escuchadas, hacer el duelo quienes han perdido sus propiedades o su historia o han vivido tantos meses de cerca el ruido del volcán, todo lo cual deja mucha marca», explica Rognoni durante la entrevista en La Palma Opina, foro que coordina Víctor Yanes.
Con motivo de esta catástrofe, Cáritas abrió una oficina en Los Llanos de Aridane, con tres trabajadores sociales, una coordinadora y un administrativo. «Va bajando el número de personas que atendemos, pero siguen viniendo familias, sigue habiendo necesidades», insiste el responsable de Cáritas, para dejar constancia de que, ni mucho menos, las graves consecuencias socioeconómicas de la catástrofe natural han terminado.