ARTÍCULO DE OPINION
FRANCISCO PULIDO, profesor jubilado de Física y Química, licenciado en Química
El pasado martes 13 hubo un encuentro “temático” con vecinos y vecinas de Puerto Naos y La Bombilla con el Comité Científico y otros investigadores, para tratar del problema de los “gases”. De hecho, intervinieron seis científicos, el responsable insular de emergencia y un solo político, el Director General de Salud Pública. La cita podría dar pie a pensar que habría un ánimo constructivo con propuestas de soluciones y alternativas al problema de un único gas, el dióxido de carbono. O bien, que las demandas y preocupaciones ciudadanas serían escuchadas y valoradas. Al contrario, ya desde el minuto uno y, después del encuentro, sé perfecta y lamentablemente que el guion ya estaba escrito.
El último comunicado del PEINPAL, informando de que “el alto nivel de los gases dificulta el retorno a Puerto Naos y La Bombilla”, fue el 29 de mayo del presente año. Es decir, más de tres meses sin informar de manera directa. En los comunicados posteriores se refieren a acciones del Comité Asesor, es decir, el Cabildo. Aun es difícil determinar quiénes son las personas que forman el PINPAL. En cualquier caso, sus decisiones son las del Cabildo, las del presiente insular Mariano Zapata. En el encuentro del martes 13 había consejeros y consejeras, la alcaldesa de Los Llanos de Aridane… Estaban y no estaban. Simples espectadores sentados en las gradas. Ninguno de ellos habló, ninguno se dio por aludido, a pesar de las preguntas ciudadanas.
El PEINPAL no existe. Al menos, de cara a la ciudadanía. Los últimos comunicados con relación a los gases han sido única y simplemente los informes del Comité Científico, sin ninguna firma, sin ninguna explicación. El PEINPAL está integrado en el Plan de Emergencia de Riesgos, donde incluyen los riesgos volcánicos y sísmicos, y donde nunca menciona riesgos por emanaciones o emisiones difusas de gases. Y el CECOPIN, responsable de emergencias, trabaja, quizás improvisa, pero no informa objetivamente. Aunque estuviera el propio responsable insular el otro día en el encuentro temático.
El PEINPAL o El Cabildo convocan a los medios de comunicación a una visita por Puerto Naos en la mañana del 13 de septiembre. Tal vez sea su manera de comunicar con la ciudadanía. En el terrero de lucha, por la tarde noche, callan. Incluso, algunos políticos se cansan y se van antes de que termine. El espectáculo por la mañana fue de rabia contenida para vecinos con los que hablé. Ahí estaba la prensa, sin protección alguna frente a un CO2 que está en la atmósfera, sí o sí. Es parte de la vida. Y nos asustan. La estrategia del miedo es su mejor herramienta. Porque mienten con las cifras. No nos dicen que el CO2 se dispersa, y muy rápidamente. Una vecina disimula. “Después de ventilar, entro y no noto nada, hoy”. Queda demostrado, en definitiva, que en los exteriores no hay problema con la concentración de CO2.
El Comité Científico trabaja y da la cara. Allí estaban seis miembros el pasado martes. Todos hablaron. La primera impresión es que estaban preparados para replicar una a una mis dudas e incertezas con los valores y el origen del CO2, que había publicado en varios artículos. Demasiado preparados, pero con el guion de la estrategia del miedo. La audiencia quedaba atónica ante la información, más propia de un congreso científico. Después de haber asistido a la somera explicación, para mí la conclusión es obvia. La información se maneja de forma interesada. Hay valores y valores. No es buen indicador dar valores en ppm (parte por millón), ya que solo es la concentración en un punto y, además a escasos centímetros del suelo. Cuando deberían hablarnos de flujo de emisión en g·m-2·d-1 (gramos diarios por metro cuadrado), que es lo propio en las comunicaciones sobre emisiones difusas de CO2.
No hay claridad en la información. Tratan de convencernos de que el origen de los gases es volcánico, algo que añade mucha incertezas, por la duración. No hay mediciones en interiores con estaciones automáticas. Hay un uso abusivo de medidores portátiles. Y son mediciones a nivel del suelo. Las trampas alcalinas parecen ser trampas para la galería, y poco más. El Comité Científico da la cara, pero se evidencia que no hay trabajo en equipo ni medios suficientes. Las intervenciones de Inés Galindo, Ramón Casillas o Pablo González, online, parecían forzadas. Fueron correctas, pero en lo que dijeron. Creo que son buenos profesionales, pero les han asignado un papelón que no creo que les agrade mucho. Se percibe que Nemesio Pérez, INVOLCAN, y Stavros, IGN, son entidades que trabajan, pero no en equipo. Preocupante el papel del IGN, el responsable legal de la gestión de los riesgos asociados a lo volcanes. De la última tecnología instalada por el IGN no sabemos nada de las mediciones. Nemesio me lo recuerda luego. “No podemos dar todos los datos porque luego no son aceptados en las revistas científica; y nos pagan por publicaciones”.
Toda esta situación es muy triste. Sin duda, porque son todos los vecinos y vecinas de Puerto Naos y La Bombilla, y muchos otros, que perdieron casa y patrimonio, quienes se han convertido en refugiados en su propia tierra, La Palma, o incluso, se han ido más lejos. Porque el sufrimiento siempre está. Pero con tu casa a dos pasos, es mucho mayor. ¿Quién decide todo? Ahora mismo está muy claro. Todo está en manos de El Cabildo, de su presidente. Y Mariano Hernández Zapata no es consciente de que está poniendo en riesgo serio la democracia y la libertades en la isla de La Palma. Y no solo esto, también la salud mental de muchos habitantes, además de su economía personal.
Un año de la catástrofe. Así lo recordaremos siempre las generaciones presentes. La mayor catástrofe natural ocurrida en España y, seguramente en Europa en muchos años. Una catástrofe de la que nunca deberían presumir que fue modélica, porque no hubo víctimas, algo ciertamente falso. Y un año después, la ciudadanía afectada, directa o indirectamente, quiere recordarlo al mundo. Con una manifestación silenciosa el mismo día 19 por la tarde. Y el domingo 18, por la mañana, una reunión de vecinos y vecinas, en la entrada de Puerto Naos o quizás en el Charco Verde, que de manera antidemocrática la delegada insular del Gobierno Español ha “prohibido”; mediante una resolución, donde la expresión de la libertad de pensamiento no existe. Lo digo claramente, se están coartando la expresión de libertad.
Casualmente, el próximo martes 20 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Libertad de Expresión del Libre Pensamiento. Se conmemora la «Brecha de la Porta Pía» en Roma, ocurrido en 1870, un hecho significativo mediante el cual las fuerzas patrióticas italianas derrotaron a las fuerzas del Vaticano, aliadas al Imperio Francés. Ese día representó la caída del poder del papado y los regímenes políticos con “derecho divino”, lo que simbólicamente significó para muchos el comienzo del fin para el oscurantismo y el dogmatismo.
Ante tantas negativas de las autoridades de negarles un futuro, ahora, la delegada insular quiere coartar la expresión de las libertades. No solo niega la expresión libre por la falta de soluciones, sino que muestra un nula empatía con personas que están viviendo una ansiedad constante. Usando una exigencia de la legislación, decide “prohibir la concentración solicitada”, por no haber sido formulada con 10 días de antelación. Después de exponer una serie de argumentos y fundamentos de derecho, incluyendo la jurisprudencia, se olvida de otros apartados de la legislación: “la autoridad sólo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración de orden público, con peligro para personas o bienes, siguiendo de esta forma las normas recogidas en el artículo 21 de la Constitución”. ¿Acaso piensa que unos ciudadanos que han tenido una infinita paciencia viviendo fuera de sus casas, o sin negocios abiertos, son violentos? Incluso debe saber que se puede comunicar, en situaciones de urgencia, una reunión con 24 horas de antelación. Y eso sí se ha hecho bien.
En medio de toda esta oscuridad, el pasado martes fue manifiesto un hecho. La ciudadanía afectada quiere soluciones, respuestas y alternativas. Tanto la política como la ciencia, usando el método científico, saben que, ante tantas dudas, que las hay, se puede trabajar con hipótesis, con más mediciones y con estudios piloto. Pero de esto no quieren hablar. Los políticos, porque tienen miedo o algo más grave, tal vez; y la ciencia, porque solo trabajan desde un punto de vista vulcanológico. Falta la ciencia de la salud, la de la tecnología que aporta soluciones: mediciones en vertical, con estaciones automáticas en las viviendas… Mucha agua, para limpieza de saneamientos, desagües, cañerías… Y medidas de mitigación, ya utilizadas en otros lugares, como plantar vegetación absorbente de CO2, tecnologías de atrapamiento de CO2. O el uso de simulaciones de dispersión del gas. Hay soluciones, pero no las quieren ni leer, como la del Dr. Aldo González Brito, quien ha propuesto alternativas.
Francisco J Rodríguez Pulido
Profesor jubilado de FYQ. Ldo. en Química y Pedagogía. Natural y vecino de Los Llanos de Aridane