Eduardo Hernández, que perdió 5 apartamentos por la erupción: «Hay gente que lo está pasando muy, muy mal, por falta de ayudas»

Los ríos de lava  en la erupción de Cumbre Vieja se llevaron por delante más de 3.000 construcciones, de las que la mitad eran viviendas. CInco de ellas, apartamentos, en el barrio llanense de La Laguna, eran propiedad de Eduardo Hernández Rodríguez, médico traumatólogo jubilado. Advierte de que «hay  gente pasándolo muy, muy mal» económicamente y no le acaban de llegar las ayudas necesarias para rehacer sus vidas.

Eduardo afirma que pudo cobrar el seguro de sus apartamentos, aunque admite que no recibió la indemnización que realmente valían. Confiesa que ya no piensa volver a construirlos.

El volcán destruyó también sus aguacateros y una piscina, y todos los enseres. Su madre, que tiene 100 años, necesita una vivienda adaptada a personas con movilidad reducida, y los apartamentos arrasados por la lava los había preparado precisamente para que fueran accesibles para personas con discapacidad física.

Eduardo (a quien EL VALLE entrevistó en Tenerife, donde reside, durante una concentración de protesta de afectados por la erupción en la que empuñaba la pancarta principal) es consciente de que una catástrofe de este tamaño es difícil de gestionar, pero cree que debió adoptarse algún tipo de sistema diferente para que las ayudas llegaran rápido y a todas las personas damnificadas.

Vista del cráter del volcán, y, al fondo, la zona de La Laguna. / I LOVE THE WORLD

«En el reparto de las ayudas de las donaciones y las de las Administraciones públicas ha habido ese fallo, porque en manos de los políticos siempre es un riesgo de que no sepan administrar ese dinero», afirma este damnificado, quien cree que lo ideal hubiera sido que ciertas ayudas tuvieran la supervisión judicial y se distribuyeran mediante asociaciones de vecinos.

«Lo que está claro», insiste, «es que el dinero debe llegar a la gente, porque hay gente que lo está pasando muy, muy mal».

«Si la lava es del Estado, que se haga cargo y pague los destrozos»

También le preocupa el exceso de gasto público en obras que, a su juicio, no están justificadas o se están ejecutando de manera muy precipitada. De ahí que su opinión es que solo se debió haber construido la carretera de la costa, de Tazacorte a La Bombilla, «pensando en dejar todo preparado para el futuro, pero no estar escabando por arriba», por cotas más altas, ya que a su juicio, ciertas inversiones públicas son «un disparate de tal calibre que no entiendo nada».

En cuanto al futuro de la zona cubierta de lava y el derecho de sus propietarios, cree que la Administración pública debe pagar el precio que valían las propiedades antes de la erupción. Y lo razona así: «Si el Estado es el dueño de las piedra preciosas, el petróleo, el agua…de la lava también, y debería hacerse cargo y pagar lo que ha destrozado este volcán, pues está tanto para maduras como para verdes».

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