Juan Fernando Pérez ha sido uno de los rostros más conocidos en la catástrofe volcánica de 2021. Preside la Plataforma de Afectados por el Volcán de Cumbre Vieja 2021. Una erupción que destruyó su casa, incluyendo una biblioteca de 5.000 libros que atesoraba en su hogar. Tres años y tres meses después de apagado el volcán, este catedrático de Filosofía jubilado denuncia un problema del que, según se queja, nadie habla: el sufrimiento psicológico de cientos de personas damnificadas y la insuficiencia de medios públicos para la salud mental.
La entrevista con EL VALLE tiene lugar en la plaza de España de Los Llanos de Aridane. Una conversación en la que asegura que, solo en su asociación, hay 400 personas que muestran síntomas de depresión o, cuanto menos, de requerir ayuda para poder superar las secuelas de esta catástrofe.
También replica a unas declaraciones de Mariano Hernández Zapata, expresidente del Cabildo palmero, quien le reprochó a él y otros directivos de la asociación haberse puesto al frente de la plataforma por haber sido en el pasado cargos públicos de Coalición Canaria.
Y su defensa ante estas críticas del ahora consejero del Gobierno canario es que, por encima de todo, él es un damnificado por esta catástrofe. El volcán, relata, le arrebató todo lo que tenía; le causó una depresión; y le obligó a estar un mes sin poder bañarse por carecer de una casa adaptada a personas que, como él, se tienen que mover en silla de ruedas.
Eso sí, Juan Fernando Pérez confiesa que habla «sin odio ni acritud» y como colofón de la entrevista explica su «filosofía de vida»; él, que a tantos filósofos ha leído y que, cuando era profesor de instituto, tanto enseñó a sus alumnos sobre los grandes pensadores de la Historia.
Han pasado 3 años y unos meses, y fuera de La Palma muchas personas piensan que la reconstrucción ya está encaminada, incluida esa reconstrucción interior de las personas que lo perdieron todo. ¿Qué mensaje trasladaría al respecto?
«No solo no es correcta esa impresión, sino que dista mucho de lo que es real. Porque vamos al inicio de todo: esta catástrofe es la más importante en Europa en 100 años. Entonces, partiendo de ese hecho, esto en 3 años no se resuelve, para nada. Hay muchísimas cosas por resolver, y hay una que parece menor pero que es muy importante: la salud mental de la gente».
¿Cuál es la situación psicológica de los afectados?
«Nosotros en nuestra plataforma tenemos más de 400 personas con depresiones severas. Y eso está oculto, porque el deprimido no tiene ganas de luchar ni de ponerse al frente de nada, sino de ir sufriendo desafortunadamente su situación. Esto es importantísimo, porque es de las cosas que van a trasladarse en el tiempo: este sufrimiento de toda esta gente. Yo lo veo en las casas de madera de El Paso, en las viviendas de contenedores, lo veo en nuestra plataforma.
Sorprende la cifra que usted da, y en una sola asociación…
«Es una lamentable situación que las autoridades no tienen visualizada o no la hacen visible. Lo que había en el sistema era una psicóloga en Santa Cruz de La Palma, dos en El Paso, y ya para de contar. Las colas en la Seguridad Social son de meses todavía para recibir tratamiento psicológico. Esto es problema del que no se habla, no se sabe, y nadie toma responsabilidades».
¿Cuántos psicólogos harían falta?
«Yo lo he hablado con el presidente del Cabildo desde la plataforma, y le hemos dado alternativas. Una sería que en cada ayuntamiento de la isla (porque esto afecta a gente que ya vive fuera de Los Llanos y fuera de El Paso). Pero varias veces le he insistido con esta alternativa. Eso no cuesta tanto, y sería una manera si no de resolver, al menos sí de atenuar este problema».
¿Qué ha sido del millón de euros que aprobó el Senado en 2022 precisamente para que se destinara a atender la salud mental de los afectados por esta catástrofe?
«Ese dinero yo no sé a dónde fue. Sé que desde el Cabildo con el gobierno anterior lo que hicieron fue proponer un centro de día en Los Sauces, un gran centro de estas características, que ya se llevaba una gran parte de ese millón. Y después, de lo que sobra, no sabemos. A nosotros en la plataforma nadie nos lo ha dicho, pero alguien tendrá que decir algo sobre el destino de ese dinero».

La situación que usted describe es tremenda…
«Sí, porque nosotros sabemos lo que les pasa a los socios de nuestra plataforma, pero habrá más personas que necesitan ayuda psicológica, claro. En el día a día con los socios notamos que son aproximadamente esa cantidad, 400. Son muchas, pero hay 700 personas en nuestra plataforma. Hay dos psicólogos en El Paso y en Los Llanos no sé si dos o uno, y una psicóloga en Santa Cruz de La Palma, en el centro de salud. Eso es todo lo que se ha hecho. Eso es todo lo que hay para una población de 11.000 afectados en su momento».
Yo lo he denunciado muchas veces, o sea, con precauciones, porque yo no tengo datos médicos ni los puedo tener. Pero si tenemos una plataforma en la que nos preocupamos por la gente, especialmente por esta gente que sufre, y a la que hay que acompañar y animar».
Por tanto, después de más de tres años de acabada la erupción, los medios públicos para la salud mental son claramente insuficientes….
«Sí, esa es la clave, no hay una política decisiva para atajar ese problema. Imagínense as colas que hay para una cita. Los psicólogos del Colegio de Psicólogos hicieron una gran labor, pero se fueron, no se mantuvo ese servicio para los afectados».
Cambiando de tercio. ¿Qué le han parecido las declaraciones del expresidente del Cabildo, Mariano Hernández Zapata (PP), en las que se atacaba a directivos de la plataforma, usted incluido, por haber sido cargos públicos de CC en el pasado?
«Primero que nada Coalición Canaria es un partido constitucional en el que hemos militado nosotros en el pasado. Pero dan circunstancias en la vida que son aleatorias, pero eso fue en el pasado. Y Mariano quiere hacer daño, o se cree él que lo hace, con nombrar a varias personas de la plataforma y a mi como «el de la silla de ruedas». Se ve que no se acuerda de mi nombre, aunque hemos tenido muchas conversaciones y muchas luchas batallas, también porque pertenezco a la Asociación de Discapacitados de La Palma, cuando era presidente del Cabildo, pues hicimos algunas manifestaciones por los recortes que había en la adjudicación de ayudas durante su mandato».

Pero usted ha vivido un drama por la erupción, ¿no? Es decir, independientemente de su actividad política en el pasado, es un damnificado por esta catástrofe…
«Eso iba a comentarle. Esa es otra clave contra el ataque que recibí de Mariano: el que yo soy un afectado de este volcán. Mi casa valía alrededor de medio millón, y yo he percibido del valor de lo perdido 77.000 euros. Esa es otra. Pero en esta erupción yo lo perdí todo: perdí la casa; perdí tres terrenos, que no valdrían mucho, porque eran eriales, pero sí tenían su valor; y todo lo demás. Entonces, yo, cuando tenía que irme de mi casa por la erupción, yo no tenía a dónde ir. Me quedé absolutamente en blanco».
¿Cómo fueron los meses siguientes al inicio de la erupción para usted?
«Traté de conseguir alguna casa adaptada, y el silencio fue la respuesta. Entonces, nos fuimos a casa de una amiga de mi mujer, y estuvimos 10 meses allí. Para ampliar la depresión que me cogí porque al principio estuve un mes sin bañarme, ya que la vivienda no estaba adaptada. La tuve que adaptar yo. Fueron unas condiciones lamentables. Después, con algunos donativos que recibí y unos pequeños ahorros que tenía, fuimos a comprar casa en El Paso, porque, si no, la alternativa era la calle.
Ha sido una experiencia amarga, pero ya pasó. Yo no tengo odio, estoy sin acritud. Soy una persona pacífica, con cabeza para pensar y para adaptarme a las circunstancias y luchar. Después en la plataforma mis compañeros me hicieron presidente. Y en la plataforma hemos hecho la labor de proponer alternativas para los problemas que ha creado esta erupción, y sin actitud aplaudir al Gobierno cuando lo hace bien y criticarlo cuando lo hace mal».
Usted es catedrático de Filosofía jubilado. ¿Le ayuda el pensamiento de algunos filósofos para poder salir adelante en este duro trance? ¿Cuál es su filosofía de vida?
«Filósofos hay muchos. Yo soy de la filosofía analítica, fundamentalmente. Y después me simpatizan los estoicos, Platón, Aristóteles, Giordano Bruno, Galileo…Y de en ese conjunto de filósofos las conclusiones que yo he sacado, sobre todo de Platón, es que lo importante en la vida es sentirse importante, sentirse querido, sentirse aceptado y sentirse escuchado. Esas cuatro claves son mi filosofía de vida, y que practico con empatía».