Voces de la cultura, la docencia y la religión animan a un gesto por la empatía y la solidaridad tras un año del volcán

Diversas personas vinculadas con el mundo de la enseñanza, el arte, la religión y los proyectos humanitarios  han mostrado en la SER su apoyo a la iniciativa que este martes 13 de diciembre se convocó  en La Palma para que entre las 12:30 y las 13 horas la población muestre su agradecimiento por la empatía y la solidaridad recibida por la isla, cada cual de la forma que lo considere conveniente (un aplauso, un cartel, una expresión artística, hacer sonar la pita de un coche…) cuando se cumple un año de terminada la catastrófica erupción volcánica, que ha dejado miles de damnificados.

En esta iniciativa, para la que están previstas actividades en centros educativos de toda la isla y repicarán las campanas en las iglesias, no se trata de un listado de reivindicaciones concretas a las Administraciones públicas, que son las que ahora pueden con sus decisiones y financiación ayudar a rehacer las vidas de estas personas, ni de entrar en el análisis de los problemas que afectan a la Isla, sino de alentar que no decaigan los valores éticos con quienes lo están pasando mal por esta catástrofe, al tiempo que fomentar principios que pueden unir a los seres humanos, a menudo divididos por múltiples motivos personales, ideológicos, sociales o económicos.

Lucía Rosa: «La Palma necesita no solo la solidaridad económica sino la de la empatía»

Lucía Rosa, escritora y docente, invita a participar en esta actividad porque «el lema es entrañable, recordar, promover y agradecer estos valores éticos; pues ser escuchado, una mano encima del hombre es siempre importante, ya que la solidaridad no solo  se basa en ayuda económica sino también en la empatía, que cala en el alma».

La autora de Diario de un volcán cree que ha sido esencial recibir la ayuda de muchas personas solidarias en esta difícil situación, «cuyo gesto no se ha agradecido del todo», y hoy en día fuera de La Palma, cuando se nombra esta isla siempre preguntan cómo lo está pasando la población damnificada. Lo importante de esta actividad de este martes es que  no se promueve la crispación, afirma la escritora, «pues así no conectamos ni conseguimos lo que queremos, y el de Media hora por La Palma es un mensaje pausado, tranquilo, sosegado, pero que cala en el alma».

El párroco de Todoque y Puerto Naos: «La solidaridad no acabó cuando se acabó la erupción»

El párroco de Todoque (barrio desaparecido por lava) y Puerto Naos (aún evacuado por gases), Alberto Hernández, ha destacado que el de este 13 de diciembre es un día para agradecer una solidaridad «que no se acabó con el final de la erupción, sino que se ha prologado por parte de empresas y particulares, que han mantenido su colaboración, muchas personas sensibles que quieren ayudar» con las comunidades parroquiales.

«Hemos estado en el corazón, la memoria, el pensamiento, de muchas personas, y eso hay que agradecerlo», subraya el cura, quien destaca que Media hora por La Palma cuenta con el respaldo de la Diócesis y las iglesias se sumarán a esta actividad, con la que además se intenta «valorar lo que de positivo nos ha dejado el volcán» en cuanto a solidaridad, «ahora en que ya no aparecemos en los titulares de los informativos de los medios de comunicación».

Antonio Hernández: «Los problemas están a flor de piel y seguimos necesitando ayuda»

Antonio Hernández, responsable del Proyecto Hombre en La Palma y sacerdote, califica de «extraordinaria» la idea de agradecer la empatía y la solidaridad tras esta catástrofe, «dos valores éticos que están muy unidos».

«El volcán se apagó pero no se apagó la solidaridad ni la empatía; los problemas están a flor de piel y seguimos necesitando esa generosidad; escuchar y acompañar y responder a las demandas de cada personas y familia afectada por la erupción», afirma el Hijo Predilecto de La Palma.

Hernández subraya que la Iglesia tiene que participar en iniciativas como esta porque «no la entenderíamos sin su compromiso y cercanía al sufrimiento humano». En todo caso, está convencido de que «la solidaridad la llevamos prácticamente todos dentro; y en este caso decir La Palma es sentir esa llamada, y sentir que alguien nos tiene muy cerca».

Juan Hernández: «Los valores éticos mejoran una sociedad, y ahora nos hacen falta más que nunca»

Juan González, damnificado por la erupción y profesor jubilado, explica que Media hora por La Palma surgió en una conversación de docentes, la mayoría ya en su jubilación, en la que se habló de los valores éticos que necesita la sociedad, y que en este tipo de situaciones catastrófica revelan su importancia.

«Necesitamos empatía, solidaridad pero también tolerancia, no solo entre nosotros, los palmeros, sino también del resto de Canarias y de España, pero necesitamos también agradecer desde La Palma a las personas que nos han ayudado en este tiempo», afirma Juan González, quien es directivo de la Plataforma de Afectados por la Erupción del Volcán Cumbre Vieja 2021.

Tiene claro que «una sociedad con estos valores éticos es una sociedad mejor, el mundo necesita de este tipo de iniciativas».

 

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