La Asociación Tierra Bonita, a través de la Asociación Hagamos Pueblo, ha distribuido ya todos los bonos de comida, ropa y combustible para la población damnificada por la erupción volcánica de 2021 cuya convocatoria anunció el pasado año. Han recibido estas ayudas 112 familias afectadas, hasta totalizar 30.000 euros, en una de las acciones llevadas a cabo con la recaudación del libro benéfico Las otras historias del volcán, editado por la productora audiovisual I Love The World.
Ante la gran demanda de bonos, se ha tenido que priorizar a las familias con más necesidades económicas, y para ello se ha dado preferencia a aquellos hogares con niños, con todos sus miembros en paro o en los que solo hubiera una personas con ingresos que no superaran el salario mínimo interprofesional.
Las asociaciones humanitarias siguen ayudando
Los beneficiarios de estos bonos han agradecido que más de dos años después de la erupción haya asociaciones ciudadanas que no los olviden, puesto que una parte de la población damnificada por esta catástrofe no han podido volver a tener trabajo ni casa propia, según exponen el presidente de Tierra Bonita, Francisco R. Pulido y la presidenta de Hagamos Pueblo, Teresa Pestana.
Ambos son conscientes de las dificultades e incertidumbres que a día persisten para numerosas personas afectadas por el volcán Tajogaite y aseguran que desde sus respectivas asociaciones continúan desarrollando diferentes acciones solidarias, incluyendo, en el caso de Tierra Bonita, iniciativas para la defensa de los derechos de los afectados en los tribunales de Justicia así como ayudando a visibilizar sus problemas.
Vivienda a precios especulativos y problemas para paga la renta
Los bonos entregados han beneficiado, por tanto, a familias que no llegan a fin de mes, en muchos casos porque lo perdieron todo bajo la lava, su casa, sus enseres y su empleo, por lo que siguen precisando acudir a asociaciones humanitarias para disponer de alimentos y otras necesidades básicas e incluso como electrodomésticos y mobiliario.
Uno de los problemas más acuciantes manifestados por los solicitantes de estas ayudas tiene que ver con las dificultades para el pago de los alquileres en las viviendas donde ahora se alojan, tanto por la carestía debida a la especulación del mercado inmobiliario como porque las subvenciones públicas para ayudar con las rentas mensuales no las reciben mes a mes sino que les llegan después del periodo de abono al arrendador.
Reivindicación de datos oficiales sobre la situación de los afectados
En este sentido es preciso recordar que el Gobierno de Canarias, a través de su viceconsejero de Recuperación Económica de La Palma, Pedro Afonso, anunció en octubre pasado que la ayuda al alquiler de viviendas para damnificados del volcán se abonaría de manera mensual o bimensual. A principios de 2023 la asociación Tierra Bonita realizó una encuesta en la que demostró que casi el 91% de los beneficiarios de estas subvenciones tenía que esperar entre 5 y 7 meses para recibirla, y el 43% sufría precios especulativos.
Además, Hagamos Pueblo y Tierra Bonita reclaman públicamente a las Administraciones públicas la elaboración y difusión de un nuevo estudio sobre la situación actual de los afectados, 30 meses después de que se iniciara la catástrofe.
«La realidad es que las asociaciones humanitarias siguen siendo fundamentales en La Palma, porque son a las que pueden acudir las familias afectadas del volcán para recibir ayuda de manera urgente y sin tanta burocracia», explica Teresa Pestana.
En la actualidad, la propia Hagamos Pueblo no tiene fácil conseguir recursos para atender a todas las personas que tocan a su puerta, pero logra seguir su labor humanitaria gracias al enorme altruismo de sus voluntarios, socios y colaboradores, a la espera de poder contar con las subvenciones que se han comprometido a entregar a este colectivo los ayuntamientos de Breña Baja y Santa Cruz de La Palma.
En este sentido, Tierra Bonita exige también agilidad administrativa en las ayudas directas que necesitan los afectados del volcán sino también en la entrega de las subvenciones a las asociaciones que han demostrado su capacidad en prestar un rápido auxilio a las familias más vulnerables desde el punto de vista económico, psicológico, habitacional y laboral.