DOS AÑOS DE UNA ERUPCIÓN SIN EVACUACIÓN PREVIA: EN BUSCA DE LA VERDAD
CAPÍTULO 5.3
En el listado de científicos que reconocen que en el comité del Plan de Emergencia por Riesgo Volcánico de Canarias (PEVOLCA) se defendió la inminencia de la erupción de 2021 en Cumbre Vieja se encuentra también Eugenio Fraile, que formó parte de ese órgano como representante del Instituto Español de Oceanografía (IEO). «En ese comité científico la palabra usada fue ‘erupción inminente‘», revela sin ambages en el documental El último volcán, estrenado en 2022 con motivo del primer aniversario de la catástrofe. Y, como no nos cansaremos de insistir, «inminente» en el PEVOLCA implica semáforo naranja y evacuación. No fue así: la población tuvo que huir corriendo en plena erupción y sin previo aviso.
Fraile es oceanógrafo físico e investigador del IEO en el Centro Oceanográfico de Canarias. Durante la erupción fue el jefe de campaña de la investigación sobre los efectos de este fenómeno geológico en el océano. La lava llegó al mar el 28 de septiembre. El IEO-CSIC tuvo dos representantes en el comité científico del PEVOLCA, y envió a la zona los dos buques más modernos de los que dispone, el Ramón Margalef y el Ángeles Alvariño.
Un testimonio más de la inminencia
El objetivo del IEO fue velar por las medidas de seguridad y prevención contempladas en la normativa vigente dentro del PEVOLCA y realizar investigación multidisciplinar y asesoramiento, enmarcados en el proyecto VULCANA (Vulcanología Canaria Submarina), liderado y financiado por el IEO-CSIC desde 2011.
Pues bien, en el documental El último volcán, estrenado con ocasión del primer aniversario de la erupción, en 2022, en la Televisión Canaria y en Movistar+ , Fraile no deja lugar a dudas con relación a la reunión de dicho foro científico del PEVOLCA antes del inicio del proceso eruptivo: «En ese comité científico la palabra usada fue ‘erupción inminente'», dijo, con la certidumbre de quien participó en esa reunión.
Si, como parece, la discrepancia en esas horas previas a la catástrofe pudo ser si la erupción se produciría en cuestión de horas o en días, sigue sin explicarse por qué se tomó como referencia el plazo mayor y se descartó lo que finalmente ocurriría, que la catástrofe comenzaría apenas dos horas después de que el comité director del PEVOLCA (el órgano político) decidiera no elevar el semáforo a naranja (el propio de una erupción inminente). Lo mantuvo en amarillo y no evacuó de forma general a la población, sino dispuso el desalojo de menos de medio centenar de personas con movilidad reducida (aunque a EL VALLE le constan testimonios de personas con esta discapacidad que no fueron evacuadas antes de la gran explosión que lo revolucionó todo).
Las reveladoras declaraciones de científicos
Recapitulando, es preciso poner de relieve que hemos reportado en esta serie de reportajes el testimonio de científicos del IGN, del IGME-CSIC, del INVOLCAN, y del IEO, importantes instituciones científicas integradas en el Comité Científico del PEVOLCA, que, tras la catástrofe, han reconocido públicamente que la erupción era “inminente”. Sin embargo, no fue ese el término que usaron en el informe emitido el domingo 19 de septiembre de 2021 por la mañana, sino el de que el proceso «puede tener una rápida evolución a corto plazo».
En efecto, poco más de dos horas después de que el Cabildo (entonces presidido por Mariano Hernández Zapata) decidiera dejar las cosas como estaban, la naturaleza dio la razón a quienes defendieron en ese comité que, conforme a la intensificación del proceso que reflejaban parámetros como la sismicidad somera y la deformación del terreno, la probabilidad de erupción en horas no solo no debía despreciarse sino que había aumentado hasta ser peligrosamente muy alta. Pero por razones que se ignoran, la decisión política final fue la de no elevar el nivel del semáforo de alerta por riesgo volcánico.
Increíbles cambios de versión que avivan las suspicacias
Y no menos desconcertante es el hecho de tanto el IGN y el IGME hayan protagonizado unos pasmosos cambios de versión. Pero no rectifican porque al usar ese adjetivo se den cuenta sobre la marcha de que su inminente no signifique lo mismo que el que prevé el PEVOLCA, es decir, el adjetivo perfectamente definido por la Real Academia Española para aplicar a lo que «amenaza o está para suceder prontamente». En realidad, rectifican cuando -y solo cuando- la polémica estalla después de decir o escribir esas cosas, porque algunos medios de comunicación y colectivos de afectados por la catástrofe saben perfectamente lo que dice el plan de emergencias PEVOLCA al respecto.
Resulta comprensible que personas no duchas en la materia desconozcan que en PEVOLCA inminente sea el término específico que hay que usar para cambiar el semáforo volcánico y evacuar, pero no parece verosímil que científicos de primer orden encargados de la vigilancia volcánica y asesorar a la Administración emplearan esta palabra en declaraciones públicas posteriores a la erupción ignorantes de lo que realmente significa a los afectos de aplicar un plan de protección civil en emergencias.
En el caso del IGN, como hemos explicado en anteriores capítulos, la entonces directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, María José Blanco, portavoz del comité científico del PEVOLCA -y por esas fechas responsable del organismo del Gobierno estatal que tiene la competencia de vigilar el riesgo volcánico- manifestó en el Parlamento canario en 2022 que desde el día antes del inicio de la catástrofe había unanimidad en que era «inminente», y en su intervención parlamentaria invitó a mirar lo que en el plan de emergencias implica ese apelativo: pasar el semáforo naranja y evacuar.
Al día siguiente, de manera sorprendente, en comunicado del Gobierno canario, Blanco matizaría esas declaraciones, aclarando que la palabra «inminente» no fue la que usó el comité en su informe anterior a la erupción, sino que para una parte de expertos la erupción era cuestión de horas y para otra de días. Pero meses más tarde esta científica daría otra vuelta de tuerca, cambiaría aún más su versión afirmando en prensa que no había indicios de una erupción inminente.
No menos insólito e increíble es el viraje del Instituto Geológico y MInero de España (IGME). En un artículo publicado en la revista Consorseguros a fines de 2021 y firmado por 23 científicos, afirmó -con una argumentación detallada- que la víspera de la erupción avisó a las autoridades, al comité científico del PEVOLCA y al Ejército de que el volcán explotaría en 24 horas.
Pero, cuando 15 meses después la Iniciativa Ciudadana de Apoyo a los Afectados puso el foco en ese artículo y habló de «traición» a los damnificados y de posibles responsabilidades patrimoniales de la Administración por no haberles evacuado, el IGME reculó con un comunicado de extraña trazabilidad. Alegó entonces que ese artículo se publicó con «errores» porque quien lo escribió -una persona del propio IGME- incluyó «hechos que nunca se produjeron» y no se lo dio a leer a los demás coautores antes de mandarlo a publicar a la revista del Consorcio de Seguros. ¿Cómo es posible que un científico del IGME se invente que avisaron de la inminencia de la erupción a las autoridades y encima lo plasme en un diagrama para que gráficamente no quede ningún género de dudas el motivo de que fuera inminente?
Los testimonios de INVOLCAN
En cambio, que se sepa, no se han retractado hasta ahora los miembros de Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN) que han declarado públicamente, de forma expresa o con otra expresión, que la erupción, aquel funesto fin de semana de septiembre de 2021 y, en especial el día en que se decidió no evacuar, el inicio del fenómeno eruptivo era inminente.
En concreto, David Calvo, portavoz del INVOLCAN, al día siguiente de erupcionar el Tajogaite, el 20 de septiembre de 2021 en Canarias 7 afirma: «Nosotros hablamos de erupción inminente. Los datos así lo indicaban’. Y el 30 de septiembre de 2021, Miradas 21 (medio de comunicación de la Universidad Francisco de Vitoria) publicó otras declaraciones del mismo científico en el que insiste: “Los expertos advirtieron de que la erupción era inminente, lo que es cierto es que nosotros no podemos saber si es en horas o en días».
Por si esto fuera poco, la geoquímica de INVOLCAN Claudia Rodríguez Pérez, en el referido documental, confesó que se sintió «impotente» cuando las autoridades anunciaron pasadas las 13 horas de ese domingo fatídico que mantenían el nivel de alerta en semáforo amarillo, en lugar de subirlo a naranja y evacuar a la población.
Ella, estudiosa de los gases volcánicos, lo tenía claro: «Por los datos que teníamos, la erupción iba a tener lugar muy pronto». Y así fue: poco más de dos horas después, el volcán erupcionó a pocos cientos de metros de zona habitada, con la gente en sus casas. La suerte o un milagro hicieron posible que no ocurriera una tragedia en forma de vidas humanas cobradas por el volcán cuando la tierra se abrió en Cabeza de Vaca y vomitó como si quisiera vaciar el interior de la Tierra sobre el Valle de Aridane.
CONTINUARÁ…