DOS AÑOS DE UNA ERUPCIÓN SIN EVACUACIÓN PREVIA: EN BUSCA DE LA VERDAD
CAPÍTULO 5.1
¿Qué defendió cada uno de los organismos científicos en las reuniones del Plan de Emergencias Volcánicas (PEVOLCA) y cómo las autoridades tomaron la decisión de no evacuar el fatídico domingo 19 de septiembre de 2021 al mediodía pese a la peligrosa intensificación del proceso preeruptivo? Solo hay dos maneras de saberlo: por las grabaciones de esas reuniones, que el Gobierno canario se niega a publicar, o porque algún miembro del comité científico desvele algo de lo ocurrido. El portavoz del Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN) manifestó a la prensa después de la erupción que antes de la explosión del volcán avisaron de que era «inminente».
Si nos atenemos a lo dicho en el Parlamento canario por la portavoz del comité científico, María José Blanco (del Instituto Geográfico Nacional, IGN), desde el sábado 18 de aquel septiembre, o sea, desde el día antes de la erupción, había unanimidad sobre que la erupción era «inminente», pero luego ha acabado cambiando su versión, primero diciendo que ese adjetivo no lo usaron en su informe porque la controversia era si la erupción comenzaría en «días o e horas», y luego llegaría a contradecirse totalmente con su primera versión, al manifestar en prensa que no había indicios de esa inminencia.
Inminente no es una palabra cualquiera
Así lo explicamos en nuestro capítulo anterior, que puede leerse en este enlace:
Para elevar el semáforo naranja y evacuar a la población el comité científico debía usar de manera consensuada la expresión «erupción inminente». Es decir, el adjetivo inminente, según el PEVOLCA, es la clave burocrática para elevar a semáforo amarillo y proceder a evacuar a la población. Tal apelativo se aplica en la lengua española a lo «que está a punto de suceder o que está muy próximo en el tiempo», según el Diccionario de la Real Academia.
Las declaraciones de David Blanco (INVOLCAN) a la prensa
Pues bien, con respecto a la probabilidad de una erupción para los científicos en las horas y días previos a la catástrofe, es muy revelador también tener en cuenta el testimonio que da al día siguiente de iniciarse el proceso eruptivo un geólogo y vulcanólogo del INVOLCAN, que ejercía de portavoz de este instituto, David Calvo.
Lo publicó Canarias 7 el lunes 20 de septiembre, titulada “El magma se abre paso a 1750º por una fisura de 300 metros con seis bocas” y firmada por la redactora C.D. Aranda.
El párrafo inicial de esta información es elocuente: “Pocos se imaginaban que la sobremesa del domingo se pudiera convertir en un momento histórico para la isla de La Palma, salvo los científicos», escribe la periodista. Y añade, para sustentar el por qué de esta reflexión inicial: ‘Nosotros hablamos de erupción inminente. Los datos así lo indicaban’, explica desde La Palma el geólogo y vulcanólogo del Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN), David Calvo».
Es noticia en Canarias 7 puede leerse en el siguiente enlace: https://www.canarias7.es/canarias/la-palma/magma-abre-paso-20210920233651-nt.html
El 30 de septiembre de 2021, Miradas 21 (medio de comunicación de la Universidad Francisco de Vitoria) publicó otras declaraciones del mismo científico en el que ya no parece que se refiera solo a INVOLCAN sino a más instituciones del comité científico: “Los expertos», dijo, «advirtieron de que la erupción era inminente, lo que es cierto es que nosotros no podemos saber si es en horas o en días, por lo que se comenzaron a hacer evacuaciones rápidas”.
La notica en MIRADAS 21, firmada por Paula Burgos Díaz-Zorita, puede leerse en el siguiente enlace:
https://mirada21.es/espana/los-expertos-advirtieron-de-que-la-erupcion-era-inminente/
No sabemos qué quiso decir Calvo con “evacuaciones rápidas”, porque ni hubo evacuación preventiva general antes de la erupción en ningún barrio afectado, ni el desalojo que se ordenó dos horas antes de la erupción de unas decenas de personas de movilidad reducida fue rápido, ya que EL VALLE cuenta con testimonios de familias afectadas que aseguran que sus familiares con discapacidad física no fueron evacuados antes de la erupción o los evacuaron ellos mismos, ya con el volcán arrojando lava, sin ayuda de servicios públicos.
Por tanto, el vulcanólogo de INVOLCAN con estas declaraciones coincide con lo dicho por María José Blanco, ocho meses después que él en el Parlamento canario, es decir, que la erupción era «inminente», y también con que el debate estribaba en el horizonte temporal para el comienzo del fenómeno eruptivo, «si en horas o en días».
Sea como fuere, con la negativa a divulgar las actas y grabaciones de los comités científico y director del PEVOLCA, la opinión pública sigue sin obtener respuestas claves sobre la toma de decisiones por las autoridades. Desde luego no responden esas interrogantes con las declaraciones de actualización del PEVOLCA que están publicados en la siguiente web del Gobierno canario:
Preguntas sin respuestas por falta de transparencia oficial
Si la mayor duda científica consistía en que la erupción podía ocurrir en el tan corto plazo de unas horas o podía tardar días ¿por qué las autoridades no tomaron el plazo más corto en aplicación del principio de precaución que es el que debe regir en protección civil, máxime ante un peligro potencialmente mortal como el que supone la explosión inicial de un volcán?
¿Advirtieron los científicos, aunque no llegaran a un acuerdo para usar en su informe por unanimidad la burocrática palabra «inminente», de que ese formulismo lingüístico que usaron, es decir, que el fenómeno «puede tener una rápida evolución a corto plazo», podía implicar también que en en pocas horas hubiera erupción y no solo que se tratara de días?
Con los indicadores que ya había de actividad volcánica (sismicidad, gases, deformación…), ¿era prudente esperar más para evacuar? ¿Realmente con la intensificación que tenía ya el fenómeno ese domingo al mediodía, esperar a tener una mayor probabilidad de erupción, que ya era muy alta, no era jugar demasiado con fuego, exponer a la población a demasiado riesgo pudiendo evacuarla?
Lo cierto es que en su actualización de la alerta volcánica, en la que se mantenía el semáforo amarillo, ese 19 de septiembre de 2021 al mediodía el Gobierno canario pidió a la población que comunicara cualquier anomalía que observara.
Es decir, los indicios de la naturaleza eran tan evidentes que ya se esperaban en superficie manifestaciones propias de un magma que está ya a flor de piel. Y vaya que sí las observaron los habitantes del lugar. Las personas que habían permanecido en sus casas confiadas en que las autoridades las avisarían con antelación acabarían viendo explotar un volcán delante de sus narices, y, por suerte, no debajo de sus viviendas.
¿Factor suerte o factor PEVOLCA? Los afectados lo tienen claro
Saben estos afectados que si no murieron fue por la divina providencia o por la buena suerte que repartió ese día la naturaleza. Sin embargo, el discurso oficial de las autoridades, con apoyo de científicos, atribuye ese «éxito» inicial al impecable funcionamiento del PEVOLCA.
En realidad ya sabemos que no es así, pues prácticamente la totalidad de las asociaciones y plataformas de afectados han expresado su reprobación a la gestión de este plan de emergencias porque no les evacuaron con antelación, y sin embargo no ha cesado la entrega de premios, medallas y reconocimientos en el marco de una visión triunfalista y nunca autocrítica del PEVOLCA.
CONTINUARÁ…
