Un grupo de madres del Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) de La Laguna, en Los Llanos de Aridane, han presentado en el Parlamento de Canarias 6.688 firmas con las que piden que se dé máxima urgencia a la demolición y reconstrucción de este centro educativo, que resultó parcialmente destruido por la erupción volcánica de La Palma en 2021.
Nohely Fernández, portavoz del grupo de madres y padres promotor de la recogida de firmas, explicó en las puertas del Parlamento a los medios de comunicación que se decidieron a recoger apoyos debido a que la lava afectó al colegio el 20 de octubre de 2021, en una erupción que terminó en diciembre de 2021, y 27 meses después todavía no se ha movido una piedra para la reconstrucción del colegio.
Incluso en 2022 llegó a haber una partida en los Presupuestos Generales de Canarias para el proyecto de demolición y reconstrucción que no se ejecutó.
Después de que se hiciera público el malestar ciudadano por el retraso de esta obra, las Administraciones públicas han dado pasos, aunque, según la portavoz de los firmantes, «lo que queremos es que se siga una tramitación administrativa urgente, no ordinaria» y que se cuente con la comunidad educativa a la hora de diseñar el nuevo colegio.
Clases en aulas prefabricadas
Hay que recordar que, tras la catástrofe volcánica, el alumnado de La Laguna recibe clases en el Centro Sociocultural El Retamar y la Escuela Oficial de Idiomas de Los Llanos de Aridane, cedidos por el Ayuntamiento llanense, hasta que en el presente curso finalmente se reunificó a todos en un mismo espacio mediante aulas en módulos prefabricados a la espera del nuevo colegio definitivo.
En el entorno del antiguo CEIP ya se ha despejado la lava, se ha recuperado la carretera y se han repuesto los servicios de luz y agua, por lo que con esta recogida de firmas se busca agilizar la reconstrucción del colegio en el mismo lugar.
Encuentro con el consejero de Educación
Tras entregar en el registro del Parlamento autonómico, en Santa Cruz de Tenerife, los pliegos de este importante número de firmas, las madres mantuvieron un encuentro no programado con el consejero de Educación, Cultura y Deportes, Poli Suárez , quien les explicó que “la Consejería lleva trabajando desde hace varios meses para que sea una realidad lo antes posible, tras años de parálisis por parte del anterior Ejecutivo canario», según refiere una nota de prensa oficial.
El consejero regional reiteró asas familias “su compromiso de dotar de los medios económicos necesarios para la reconstrucción del centro”. A su lado también estaba, para reforzar esta promesa, e director general de Infraestructuras y Equipamientos Educativos, Iván González Carro.
El Gobierno licita la redacción del proyecto y el Ayuntamiento le entrega uno ya redactado
De hecho, Educación ya ha sacado a licitación la redacción del proyecto, cuyo plazo finaliza el 29 de marzo y, posteriormente, la empresa adjudicataria dispondrá de cuatro meses para su entrega.
Pero se da la circunstancia de que el mismo día de la presentación de las firmas, el alcalde de Los Llanos de Aridane, Javier Llamas, anunció que ha remitido a la Consejería de Educación del Gobierno regional el proyecto de demolición del CEIP elaborado por los técnicos del Ayuntamiento. “con el objetivo de facilitar el trabajo a la Consejería y, con ello, acortar en todo lo que sea posible la reconstrucción de esta escuela”.
LLamas señala en un comunicado que “la reconstrucción del CEIP La Laguna no solo dará respuesta a las necesidades del alumnado y el profesorado, que llevan dos años reubicados en un emplazamiento provisional, sino que también es fundamental para recuperar algo intangible, pero tremendamente importante y valioso, que es el sentimiento de comunidad y vecindad, necesario para evitar el desarraigo en los barrios afectados y para poder hablar de verdadera recuperación”.
Lo que parece claro es que la movilización ciudadana parece haber empezado a mover más rápido los trámites oficiales para que La Laguna pueda recuperar, hasta donde esa palabra puede emplearse en este caso, la normalidad educativa. Y es que es un barrio partido en dos, pues una parte fue sepultada por la lava y otra pudo sobrevivir al volcán.
